Tu rostro es preludio del poema

Tu rostro es preludio del poema.
Me arrastra de noche,
como si yo fuera vela,
a las playas del ritmo,
me abre el horizonte de cornalina
y la mirada de la creatividad.

Tu rostro es maravilloso,
una acuarela,
un viaje fascinante
entre la ceniza y la hierbabuena.

Tu rostro, amiga mía,
es una maravillosa carta
que fue escrita
y jamás llegó al cielo…

Nizar Gabbani


Senos
(Tributo a la Mujer)

Senos, esferas suaves y firmes de contextura esponjosa.
Lo primero que se percibe en el cuerpo femenino.
Son el alfa que arremete al librarse una batalla.
Escudo de guerreras, broquel de valientes mujeres de la historia
Juana de Arco, Guacolda, Paula y otras tantas, anónimas,
perdidas en las páginas del tiempo.
Senos como estos,
avanzaron en vanguardia, soberbios, sin miedo, sin temor;
desafiantes los pezones enfrentándose a la lanza
en el campo de la lucha.
Senos de domadoras, intrépidos, aguerridos
expuestos a los zarpazos de feroces bestias cerriles.
Dos naranjas jugosas frutos de sensato dulzor.
Redondas, esponjosas…
En la brújula del ritmo dos esferas danzantes
adornan con elegancia la alborozada figura.
Senos, pechos, esferas, naranjas o pechugas
no importa como las nombren…
manantiales generosos de donde brota el placer.
Rosas en capullo. Suave pétalos a los labios.
Senos llenando manos, senos calmando llantos,
Vasijas llenas de vida, néctar en los pechos madurando.
Fresas apaciguando bocas hambrientas,
esferas colmando manos vacías.
¿Cuántas veces amamantaron con sangre, con sufrimiento?
¡Senos, benditos senos! ¡Símbolo de mujer!

Alma Aparicio


Serpentina

En mis sueños de amor ¡yo soy serpiente!
Gliso y ondulo como una corriente;
dos píldoras de insomnio y de hipnotismo
son mis ojos; la punta del encanto
es mi lengua… ¡y atraigo como el llanto!
Soy un pomo de abismo.

Mi cuerpo es una cinta de delicia,
glisa y ondula como una caricia…

Y en mis sueños de odio ¡soy serpiente!
Mi lengua es una venenosa fuente;
mi testa es la luz bélica diadema,
haz de la muerte, en un fatal soslayo
con mis pupilas; y mi cuerpo en gema
¡es la vaina del rayo!

Si así sueño mi carne, así es mi mente:
Un cuerpo largo, largo de serpiente,
Vibrando eterna, ¡voluptuosamente!

Delmira Agustini


Cuerpo de Mujer

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar al hijo del fondo de la tierra.
Fui sólo como un túnel. De mí huían los pájaros,
y en mí la noche entraba en su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
¡Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue y el dolor infinito.

Pablo Neruda